miércoles, 21 de noviembre de 2018

LA HUMANIDAD ENVEJECE POR LOS PODERES. LAS AUSENCIAS.(P. Antonio Oliver Montserrat) Vin Cens

LA HUMANIDAD ENVEJECE POR LOS PODERES. LAS AUSENCIAS.
San Lucas, en su relato, es un inmenso profesor: Dios no viene por donde tú esperas que venga... ¿Tú esperabas, por ejemplo, que Jesús hubiera nacido en el palacio de Herodes? Pues recuerda: ''Os voy a dar una señal: encontraréis un niño envuelto en pañales y reclinado en un pesebre''. (Lc. 2,12). O sea, por el poder civil El Mesías no viene.
Son ostentosas, clamorosas, las ausencias queridas y programadas por San Lucas en el Evangelio del Nacimiento. Herodes no está. Los sacerdotes de Israel, los curas, no están (seguro que todos esperabais que Dios viniera por los curas, pues no, no están). Los santos de Israel, los que practican la ley a rajatabla, tampoco están en el Nacimiento. Y los responsables de la Ley y de su ejecución, los escribas, aún menos. Es decir, el poder civil y eclesiástico están ausentes en el Nacimiento. ¡Es una lección terrible!
Para San Lucas, por tanto, la Humanidad envejece por los poderes. El poder civil y el poder eclesiástico son zonas viejas de la Humanidad. Ahí no nace El Mesías. Es terrible. Lo que San Lucas no dice, adrede, es más sonoro que aquello que dice. Por eso se necesitan ojos de niño para leer y entender bien este Evangelio. Hay toda una intención: los que no están.
Si nosotros esperábamos que por alguno de éstos (viniera el Niño) ...! Pues no, viene por aquell que persevera indestructible en nosotros, por aquel niño de hace tantos años que todavía subsiste o que hemos reconstruido. Porque Cristo es exacto, no dice ''si guardáis el niño'', sino: ''si no os hacéis como niños...'' (Mc. 10,15). Tenemos, pues, que ganarlo. Nacemos niños, pero luego hemos de hacernos niños. La vida consiste en eso, en recuperar, hecho por nosotros, el niño que nos fue dado hecho. Ésta es la teoría.
Por aquel lugar donde todavía somos niños, o por donde hemos logrado reconstruir al niño, siempre nace Dios, por lo tanto, no es la técnica, ni el dinero ni el poder civil ni el poder de la Iglesia. En realidad, San Lucas, está diciendo a los pastores: no vayáis al Vaticano a esperar al Mesías, que por ahí no viene; ni vayáis al Papa, que por ahí tampoco (si llega por el Papa será por el niño que tiene dentro, pero si el Papa no es más que Papa, no hay Nacimiento para él); y menos aún vayáis a cualquier palacio de Reyes, a menos que los de dentro sean niños, porque como Reyes no; ni a palacios, o casas, Presidenciales ni a los Bancos del mundo a menos que también sean niños. Así, que si un banquero tiene Navidad en su interior es porque es niño; y si el Papa la tiene, será porque es niño, no porque sea Papa, ¡entendedlo bien!
Repito, esta indicación esconde toda una intención de San Lucas evidentemente: Os voy a dar una señal... justamente contra lo que esperáis. Y sigue San Lucas contando que los pastores fueron a ver el milagro acaecido y encontraron al Niño, con María y José, en pañales y en un pesebre.
En el relato de Mateo están los Magos en vez de los pastores, los pastores y los Magos no se dan juntos en los dos Evangelios; eso demuestra que es una cataquesis y no una historia, ya que la supera mil veces en su simbología. Los pastores son los pobres de Israel, pero vigilantes, andariegos y trashumantes que van a Belén. Los Magos son paganos, pero no es problema ser pagano con tal de que se ilusionen por una estrella (el Principito hablaba con las estrellas, como veremos). Ser pagano no es ningún inconveniente, porque, si hay niño en él, también irá al pesebre; y ser pastor, o sea, estar por debajo de los curas, de los fariseos y de la gente de bien, si es niño tampoco. En cambio los poderosos, como han creído que el dinero o el poder son mejores que el Niño, no han sido llamados.
Doy por supuestas muchas cosas que he dicho mil veces. Estas ausencias son peones que se guarda en el bolsillo el evangelista y aquí hay una malicia mortal: a los que no están en el Nacimiento -Herodes, los fariseos, los escribas y los curas- el día de Viernes Santo, cuando Jesús muere, el evangelista los coloca a todos:
1º): Herodes, que se rió de Jesús y ayudó a que lo condenara Pilato.
2º): los escribas, fariseos y curas que cuando Jesús muere en la cruz le gritaban: ''¡Que baje ahora de la Cruz y creeremos en él!'' (Mt. 27,42).
Síntesis: aquellos que no están en Navidad (los poderes: civil y eclesiástico), al final le matan.
LOS QUE NO SON COMO NIÑOS MATAN AL HOMBRE.
Es sintomático. Nuestro mundo no celebra o celebra muy mal la Navidad, y está siendo invadido por una ola de ateísmo como en toda la Historia no se ha conocido jamás. Y además, es un ateísmo especial, la mayoría de los ateos son apóstatas, o sea, están bautizados; la que ahora estamos viendo es una apostasía de masas. No se culpa a nadie, sencillamente se dicen que no están en Navidad, y los que no están, pronto o tarde lo matan. Es decir, los que no son niños matan al hombre. Ya está, eso es todo. ¡Y parecía que San Lucas era tonto, que no decía nada... ! Fíjense como juega de bien San Lucas: no hay ninguna autoridad el día de Navidad. Pero sigan leyendo y la verán, de golpe, debajo de la Cruz el día de la muerte. Sencillamente: porque no fueron a ver al Niño.
Un pueblo que no tiene sentimientos infantiles, que no se conmueve ante el clamor y el eco de toda la Creación caminando hacia Dios, o que no se conmueve ante un atardecer o ante una sinfonía de Beethoven, por ejemplo, que también es simbólica, que no llora de vez en cuando y que no late su corazón ante tanta maravilla, no es niño y pronto o tarde acaba en ateo: mata a Dios. Todos los que no están en el nacimiento aparecen en el momento del asesianto de Dios en la Cruz. No falta ninguno. Luego si no celebras la Navidad, pronto o tarde matarás a Dios.
Sin embargo están todos los sencillos, los que creen en una estrella (los Magos) o en una aparición de ángeles (los pastores): los niños que se encontraron con el Niño (el desamparo) y con María y José.

La imagen puede contener: 1 persona, sentado y exterior

No hay comentarios:

Publicar un comentario