lunes, 24 de diciembre de 2018

¡¡¡Feliz Navidad!!!

Os deseo una Feliz Navidad y que la Luz que nació en Belén, ilumine vuestro camino en el año 2019 y se vean cumplidas todas vuestras ilusiones. Muchas gracias por compartir este blog. Os llevo en mi corazón y en mis oraciones.

NAVIDAD (P. Antonio Oliver Montserrat) Vin Cens



Vin Cens

NAVIDAD
Navidad es lograr volver, por lo menos un rato, al niño que fuimos y que esencialmente somos, al sentimental que se conmueve ante un atardecer y ante la sonrisa de un niño, que se sobresalta ante el amor o el sueño. Este niño debemos volver a despertarlo urgentemente. Me gusta recordar, y esto es una revelación, que la primera sorpresa que tendremos cuando muramos y vayamos al Cielo será (descubrir) que no hay ni un solo viejo. Todos los que han entrado en el Cielo son niños, viejos ninguno. Es decir, sin querer, te llevarán a jugar. Seguro que no te dirán: ''ven, vamos a pensar''. (Dios no piensa, Dios Es. El pensar es sucesivo, es ilación, si es que la hay, porque hay pensamientos que ni ilación tienen. Dios no piensa de manera global, lo capta todo enseguida, porque es la Realidad).
Si precisamente en Navidad nos pasamos con las copas, es para volver a ser niños, para quitar camuflajes estrafalarios que llevamos puestos y retornar otra vez a crearnos a nosotros mismos con libertad y con holgura y soltar al niño travieso que todos hemos sido y que debemos ser. He dicho que en el Cielo no hay viejos, así que es urgente volver al niño, y ahora, en Navidad, es una buena ocasión. Volver al niño significa inventar en nosotros al Homo Ludens: la capacidad de jugar, de hacer fiesta. Ir por la vida creando ilusiones. El mundo es lo que hacemos de él (Heidegger); el mundo no está hecho, el mundo será lo que nosotros vayamos logrando. Si yo voy empujando energía positiva, positivizo al mundo y me lo gano; pero si voy arrojando energía negativa, o pura materia, las sonoridades que se despiertan son tan bajas que creo montañas de oposición contra mí. Tenemos que ver con escándalo el enorme esfuerzo que hacemos por levantar al niño que somos, es decir, cuánto nos cuesta volver al centro de nuestro ser. ¡Qué lejos estamos! ¿Por dónde andamos...?
Antonio Oliver Montserrat

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¡NAVIDAD! (P. Antonio Oliver Montserrat) Vin Cens

¡NAVIDAD!
Aquella noche Dios llegó a la posada del tiempo. No hacía ruido, no despertó a nadie. Pero en aquel instante despertaron todas las cosas en un estremecido despertar: supieron de golpe que estaban salvadas, conocieron que toda la creación está en camino hacia una gloriosa transfiguración. Y las cosas ocuparon cada una su lugar preciso en el mapa del universo. Y, al ocuparlo, les crecía por las esquinas del ser el alborozo de las primeras auroras y el vuelo gozoso de las primeras bandadas de jilgueros. De golpe, sin saberlo, compusieron el paisaje; y fue un paisaje exacto y preciso: cada cosa en su lugar, tejiendo la rosa de una danza de formas, de colores, de sonoridades. El aire era limpio y jugaban en él las estrellas: la tierra era azul y amable como un sueño de niño.
Y sintieron las cosas que acababan de llegar a sí mismas.
Aquella noche, en el silencio, le dijo Dios al hombre su palabra definitiva. Y su palabra fue la carne ilusionada de un niño recién nacido. Y en aquel instante supo el hombre que su largo caminar tenía una meta. Peregrino de tantos siglos de historia, de luces y de sombras, supo que había llegado y que el torrente de las aguas de más allá de los horizontes le crecía y le crecía en las profundas bodegas. Y se le compuso también el paisaje del alma y sintió que se le enredaba por la sangre una desconocida alegría. La suya, que él aún no conocía. Y supo para siempre una canción que florece en sus pisadas de peregrino: ''El hombre es siempre un niño caminando hacia Dios; Dios es la meta del hombre: El infinito es su dimensión''.
Desde ahora toda esperanza es posible, y la realidad, al final, superará toda esperanza. Nuestra historia es una procesión de peregrinos que, al darse las manos, forman un coro y lanzan al viento el himno del universo; un universo libre de cadenas navegando en los mares de Dios. Dios está en nosotros; lo divino en lo humano ha sido sembrado. El río del tiempo alcanza ya la eternidad.
Aquella noche no estaban allí los poderosos, ni los sabios, ni los gobernantes, ni los opulentos. Ellos estaban en sus palacios, encerrados en la soledad de su pequeñez. Sus ventanas nunca se abrían hacia el misterio y la maravilla. Junto al esplendor del milagro, aquella noche, estaban sin embargo todos tos pequeños de la historia humana. Sus ojos, limpios y soñadores, de niño, vieron cómo racimos de ángeles colgados de una estrella cantaban una paz que se derramaba por los rincones de nuestra tierra. Una paz que juntaba y unía los extremos: el cielo y la tierra, lo finito y lo infinito, el tiempo y la eternidad, Dios y el hombre. Por una brecha entre las galaxias, el cielo se derramaba en cataratas sobre la tierra sorprendida y feliz.
Y aquella noche, entre las tiendas del hombre, beduino del desierto y del mar, el aire nuevo, jugando al escondite, estrenaba una canción que ya se saben para siempre los vientos del mundo (si sales de tu tienda, una noche de estrellas, le sentirás acercarse, sonoro y alegre, danzando en la brisa, y te reirá y te cantará por todas las esquinas de tu vida y de tu ilusión): Dios ha llegado a nuestro tiempo y a nuestra casa; Dios ha llegado a nuestro esfuerzo y a nuestra ilusión; Dios ha llegado a nuestra vida y a nuestro amor; Dios es más nuestro que nosotros mismos. Dios es este niño.
El niño es la dimensión del hombre; la infancia es su edad. Las estrellas y la brisa y el arco iris están aquí para que te hagas con ellos con ojos de niño; ellos pueden ver a Dios. El tiempo corre y pasa para que con ellos llegues a la infancia, que es la única forma de ser hombre de verdad. El cielo corretea por nuestra tierra, a fin de que aprendamos que nuestro caminar por la vida va en su dirección justa si en nuestros pasos se enredan la danza y la fiesta y el gozo. El niño ilusionado que somos es Dios que ya nos crece por dentro. Los ojos del niño que somos adivinan ya, y aciertan, que toda la creación son unas manos levantadas hacia el infinito y que toda la tierra es una larga oración empeñada en emprender el vuelo hacia otros horizontes. Y la carne estremecida del niño que somos es un nido de sueños, una canción comenzada, un tejido de primaveras, un coloquio de amores, una fuentecilla que nace a ser risa, una ilusión sin fin tendiendo las manos de niño hacia edades futuras que nos harán cada vez más niños y más limpios, artesanos de aquella patria que comienza en esta nuestra, sembradores de semilla de aquella cosecha esperada que crece en nuestros surcos.
Abre tu ventana, hermano mío; ponte tus ojos de niño, pastor de mis praderas; despierta en tus manos la infancia, compañero de camino y mira:
Fue aquella noche la que encendió todo este día;
fue aquel silencio el que esparció estas canciones;
fue aquel niño quien hizo hombre al hombre;
fue aquella infancia la que llenó de sentido la historia;
fue aquel milagro el que convirtió en milagro nuestra vida;
fue aquella sorpresa la que puso sorpresas en cada esquina; fue aquella madre la que nos dijo que Dios es engendrado cuando engendramos;
fue aquel José quien nos dijo que cuando Dios llega hay que arrodillar el alma y el gesto;
fue aquel portal improvisado el que cantó, a nuestro oído, que el cielo entero puede alojarse en cualquier recodo;
y fue la mula y el buey quienes predicaron que a la alegría del hombre toda la creación queda convocada;
y fue todo aquel racimo de ángeles sembrando la paz el que nos aclaró de quienes somos hermanos cuando somos niños; y fueron aquellos pastores, zamarra al hombro, los que nos mostraron a dónde nos llevan los pies cuando caminamos;
y fueron aquellos magos andariegos quienes con el dedo tieso sobre el lomo del camello nos indicaron que el camino está entre las estrellas;
y fue la ausencia de los poderosos la que demostró que el futuro del hombre pasa por aquel pobre que tiende la mano y mendiga, por aquel niño que tiembla y que sueña, por aquel peregrino que presiente la meta, por aquel menesteroso de Dios, que soy yo.
Aquella noche, amigo mío, fue la Navidad. La primera de todas aquellas navidades en las que este niño que es el hombre, al tocarse la carne, se encontró con Dios: que la vida se estrena cada día, que el amor comienza siempre, que el hombre es siempre nuevo, que cada día es Navidad.
Antonio Oliver Montserrat

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sábado, 22 de diciembre de 2018

EL PROBLEMA DEL HUMANISMO (Curso del P. Antonio Oliver) LECCIÓN VI/VI

EL PROBLEMA DEL HUMANISMO  LECCIÓN VI/VI







EL PROBLEMA DEL HUMANISMO
LECCIÓN VI/VI

“LA FILOSOFÍA DE LA VIDA”

Una revolución en el pensamiento.
La inversión: antes es el existir que el ser.
Sentido de la existencia: el Hombre es su pasado.
Ser y Devenir.
La oposición civilización, sociedad y religión.
Conclusiones.

EL PROBLEMA DEL HUMANISMO (Curso del P. Antonio Oliver) Lección V/VI

EL PROBLEMA DEL HUMANISMO  LECCIÓN V/VI






EL PROBLEMA DEL HUMANISMO.

LECCIÓN V/VI

“UN MUNDO NUEVO Y UN NUEVO PENSAR”

El Empirismo inglés.
El Positivismo francés.
El Idealismo alemán. Las grandes repercusiones en la construcción del mundo Moderno.
Las consecuencias.

EL PROBLEMA DEL HUMANISMO (Curso del P. Antonio Oliver) LECCIÓN IV/VI

EL PROBLEMA DEL HUMANISMO. LECCIÓN IV/VI






EL PROBLEMA DEL HUMANISMO.

LECCIÓN IV/VI

“LA RELIGIÓN, EL MUNDO Y EL HOMBRE”

Política y Cristianismo.
El pensamiento medieval.
La Escuela de las Tres Leyes de Toledo.
La Mística.
 Síntesis de la Edad Media.

EL PROBLEMA DEL HUMANISMO (Curso del P. Antonio Oliver) LECCIÓN III/VI

EL PROBLEMA DEL HUMANISMO. LECCIÓN III/VI








EL PROBLEMA DEL HUMANISMO.

LECCIÓN III/VI

“LA RELIGIÓN, EL MUNDO Y EL HOMBRE”

El Epicureísmo; Ética antropomórfica hedonista.
La política como realización de la Idea.
La estructura del mundo.
El poder y el Imperio.
Las síntesis y las cúspides de la Edad Media.
Conclusiones.

EL PROBLEMA DEL HUMANISMO (Curso del P. Antonio Oliver) LECCIÓN II/VI


EL PROBLEMA DEL HUMANISMO. LECCIÓN II/VI









EL PROBLEMA DEL HUMANISMO.


LECCIÓN II/VI

“LA IDEA COMO ACTIVIDAD”

El descubrimiento del Ser.
El descubrimiento del Yo
La significación de Roma.
El Estoicismo.

Diálogo.

sábado, 8 de diciembre de 2018

VILLANCICO DE TIERRA PARA ANTONIO OLIVER (P. Antonio Oliver Montserrat) Vin Cens


VILLANCICO DE TIERRA PARA ANTONIO OLIVER
Como un niño que juega con la tierra, que trasluce las cosas de la tierra, y mezcla noches, ríos, madrugadas y cielos de la tierra, iba o llegaba o viene, camina aún con nosotros, juega aún como un niño que sueña y suelta alondras de claridad, estrellas como pájaros y alborota a los ángeles.
Se puso a caminar con ellos, se hizo ángel de anunciación, pastor, zagal de tierra, tierra alumbrada, tierra amanecida con esa luz que alumbra un villancico para ir de camino...
Apresuró los pasos al campo de la luz y de repente descubrió cómo un Niño era los niños infinitos del mundo. iTodos niños de pronto en Navidad!
Mezcló palabras hermosas como casa, madre y sueño, palabras calladísimas o azules, palabras de la tierra que encendían dehesas y vaguadas, senderuelos hacia el paisaje frío de diciembre con el sol en la cumbre.
...Y niño eterno ya, niño en el sol, un niño de la tierra avergonzado de haber a veces sido como un hombre, enderezó la ruta de la tierra y proclamó, jugando con antífonas, antífonas de nieve consagrada, pan consagrado, pan recién partido, entrad en Navidad, estáis en Casa. La Madre, al fin, os mira conmovida porque Dios transparece igual que un niño. El que no es como un niño no jugará en el cielo de los ángeles.
V.A.
LAS COMUNIDADES DE LOS CLÉRIGOS REGULARES (TEATINOS) Y LA "FUNDACIÓN ANTONIO OLIVER MONTSERRAT, C.R."

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MARÍA - LA PUERTA ABIERTA POR LA QUE DIOS LLEGA AL HOMBRE (P. Antonio Oliver Montserrat) Vin Cens

MARÍA - LA PUERTA ABIERTA POR LA QUE DIOS LLEGA AL HOMBRE
En un soneto inolvidable Lope de Vega retrataba así a María.
Poco más de mediana estatura,
de aceituna el color, negros cabellos,
vivos los ojos y las niñas dellos
siempre radiantes con igual dulzura.
Las cejas lindas, de color oscura,
bien formada nariz, los labios bellos,
tan hermosos que hablaba el cielo en ello,
por celosías de su rosa pura.
La mano larga para siempre dalla
saliendo a los peligros al encuentro
de quién para vivir fuese a buscalla.
Esta es María, sin llegar al centro,
que el alma sólo puede retratalla
pintor que tuvo nueve meses dentro.
"Sin llegar al centro", pues ése es el retrato exterior.
Por dentro caen en cascada las maravillas.
Por dentro María es el prototipo humano de lo femenino; de lo que llega a hacer Dios cuando el hombre le abre de par en par la puerta de su ser.
En efecto, María nos está tan cerca, es tan nuclear, que traduce el núcleo de nosotros mismos; pertenece al ser de la humanidad. Su destino es nuestro destino. Su SI purifica y libera primaveralmente a la humanidad entera y, asunta al ciclo, no está ya presente desde fuera al hombre, a su destino y a su historia, sino que lo ilumina y orienta desde dentro, central a todo hombre y a todo tiempo.
1.- MARÍA ES LA MUJER DE LA FE. Se fio de Dios, y en el anuncio del ángel, incomprensible, sintió la cercanía de Dios y dijo SI al misterio. A partir de aquel momento, todo era ya posible: "Se cumplirá todo lo que te han dicho'' (Lc. 1, 45), le dijo Isabel. Dios no le explicó de antemano sus misterios, ni siquiera el de la encarnación ni el del comportamiento y la misma muerte de su Hijo. Ella aceptó el misterio, y paso a paso, en el tanteo, fue descubriendo los caminos de Dios. Sufrió, como todos, el tormento del no-saber y del no-entender. Se fio, se dejó llevar de la mano en la oscuridad y en la prueba. Y se cumplió todo lo que le habían dicho.
Y a partir de ese momento, ello se constituye en prototipo del hombre que, teniendo a Dios en el corazón, le busca incansablemente y le descubre donde otros no verían más que noche oscura o ciego, ineludible, destino. Y es el ejemplo vivo de lo que Dios presente hace en el secreto del hombre que incansablemente le busca.
La mejor manera de acercarse a las "maravillas que hizo en ella el Todopoderoso" es asomarse al mundo de lo que llamamos las prerrogativas de María. Esas prerrogativas, fruto de la acción de Dios en una mujer que cree, traducen en realidad las cargas arquetípicas del inconsciente personal y colectivo que pueblan la mente y los sueños de todos nosotros los humanos y que nos evocan un mundo en el que hemos estado y hacia el cual, cantando en el exilio, nos dirigimos; nuestro mundo más propio, tan propio, que sin él el hombre no sería humano.
María es, a la vez, evocación y profecía, la tierra virgen (inaratus ager) y la Jerusalén nueva (nova Jerusalén); el punto de donde partimos (desde el cual y para el cual fuimos creados) y la meta a la cual tendemos (lo que de verdad anhelamos).
Pasemos, pues, revista a los privilegios:
2.- MARÍA ES INMACULADA: En ella se realiza un grande y permanente sueño de la humanidad y de cada humano: Que el bien y la belleza se anticipen y venzan a la fealdad y al mal. Que hay un lugar en todo hombre donde Dios es primero. Que el infinito es anterior y más fundamental que toda la limitación que el hombre dolorosamente experimenta. Que en todo hombre hay un paraíso en el que antes que la serpiente está la alegría y antes que el tropiezo está la gracia. Que en ese lugar del hombre existe la libertad total ante los bienes y ofertas del mundo y de su seducción, donde las cosas son hermanas y amigas y danzan y cantan el gozo de la felicidad intacta. Que cuando el hombre es niño en su alma y en su carne, es capaz de llevar una vida limpia y recién estrenada, capaz de reproducir la sonrisa evocadora de las primeras auroras del paraíso, de hacer presente toda la maravilla del mundo nuevo y de la humanidad nueva que esperamos, de hacer nuevo todo cuanto toca.
Inmaculada significa que se puede y se debe vivir en una interminable ilusión, porque todo lo que esperamos se cumplirá por encima de todo lo que somos capaces de esperar e imaginar.
3.- LA VIRGINIDAD. Y si hubo un tiempo de cosas nuevas, intactas, aún no mancilladas ni contaminadas, y de un hombre amigo de Dios, ese tiempo lo lleva todo hombre en el corazón como la primera sonrisa de Dios: Es la virginidad.
Virginidad significa que sólo Dios puede estrenar al hombre y que en realidad el hombre sólo puede desposarse con el infinito. Y que, suceda lo que suceda con las cosas finitas, el hombre ha de estar permanentemente nuevo y con la ilusión en flor y en espera.
Pero Dios le llega al hombre por el lado femenino: La apertura, la disponibilidad, la capacidad de maravillarse es femenina y lo femenino es la fecundidad. Cuando la espera y la disponibilidad son ilimitadas, la fecundidad alcanza alturas insospechadas: María, virgen, lleva en el seno a Dios en persona. Ser virgen es, pues, una actitud. Una actitud, sobre todo, espiritual: De apertura, de confianza, de abandono, de expectación, la actitud ilusionada del que sabe que todo tiene sentido. En términos evangélicos, es la actitud de la infancia espiritual, la actitud del niño, que todo lo necesita y que sólo puede ser habitado por el ser, el SER, de una forma definitiva.
En ese momento, gracias a la virginidad, ha comenzado la humanidad nueva, la del cielo en la tierra, la de Dios en el hombre. El FIAT de la Virgen ilusionada y confiada hizo que Dios toma la carne del hombre y fuera uno de nosotros. El espíritu puso su fuerza, la humanidad su disponibilidad. La virginidad fue una maternidad hasta el infinito. Cuanto más virgen se es, más fecundo se es. Si, como Ella, se es virgen del todo, la fecundidad es total.
4.- LA MATERNIDAD. El ser María niña en la disponibilidad, lo femenino humano pasa a ser la tierra en la que Dios hace maravillas, en la que Él mismo viene a habitar. Así logramos que quepa y se haga realidad en nosotros aquello que desde el principio anhelamos: Que el Infinito sea engendrado en el finito que somos y con el que no nos conformamos. María, que conoció de cerca la pobreza, el abandono y el sufrimiento, la huida y el destierro (Mt. 2, 13-23), que siguió la vida y los pasos de su Hijo sin comprenderlos, que asistió a su ejecución y asumió el dolor de su despedida, es el lugar de la creación del hombre nuevo, del hombre en el que Dios es el ser. En María lo humano es asumido por Dios para siempre y como cosa suya.
Es la misma fecundidad y maternidad de la Iglesia que hace, como en Caná (Jn. 2, 5), el milagro de convertir lo humano en divino, que congrega y reúne a gentes de todos los pueblos y de todas las edades de la tierra y las hace hijas de Dios; que hace que el hombre, creado por Dios, sea a la vez en la historia creador de Dios. Hija de Dios, como María, la humanidad es, al mismo tiempo, madre de Dios, al engendrarlo constantemente en el corazón de su esfuerzo: "Vergine Madre, figlia del tuo Figlio", decía Dante. En el pasado engendramos el futuro.
5.- LA ASUNCIÓN. Cuando el hombre, en la disponibilidad de la fe, logra engendrar a Dios en su vida, la maternidad logra su cima más alta, una cima sin fin.
En efecto, en la definición del dogma de la Asunción de María al cielo, Pío XII decía: "La Inmaculada Madre de Dios (1 y 2) siempre Virgen María (3) fue Asunta en cuerpo y alma al cielo".
La Asunción es la entrada en la totalidad de sí misma, su logro definitivo como persona humana. El Espíritu en la disponibilidad de la mujer ha logrado su meta: ¡María es ella!: Todo Dios en ella; toda ella en Dios.
Y a la vez María es la profecía de lo que seremos cada uno de nosotros: Asuntos en Dios. En María se realiza la asunción del hombre, de toda la creación, de la historia, de la cultura, de la vida. La Asunción no es sólo un hecho histórico que nos llena de orgullo; es el sentido de nuestro peregrinar; es la meta que estamos destinados a alcanzar.
Jesús es el centro; María está cerca de Él. Lo que sucede cerca del centro, sucede para todos, sucede para siempre, sucede ahora.
En resumen: Si María es Inmaculada, Virgen, Madre, Asunta, eso resuena en toda la humanidad, la redime y la hace libre para siempre, porque lo que sucede en torno a Jesús constituye el quicio de la historia.
Por eso María nos está tan cerca y nos es tan nuclear. Es lo más cercano, pertenece al ser de la humanidad, es más nuestra que nosotros mismos. Su destino es ya nuestro destino. Su SI purifica y libera primaveralmente a la humanidad entera. Desde el cielo, Asunta, no está presente al hombre y a su historia desde fuera, sino desde dentro, desde el centro mismo. Es la demostración viva de lo que puede hacer la palabra de Dios en los que la escuchan y la guardan. Y es el ejemplo de la mujer abierta a la teofanía, a la manifestación de Dios, aquí y en la eternidad: En el silencio del no entender, olía a Dios, le conocía los pasos, le sentía llegar en el misterio y en la noche. Le intuía femeninamente trabajando en las abiertas profundidades de su ser.
María, madre de los hombres, le dice con su vida al hombre lo que Ella como hombre es: Un sacramento: Es el lugar donde Dios nace, donde Dios se revela, donde Dios se comunica, donde Dios llega, donde la pequeñez humana deviene irrupción de lo definitivo, dimensión escatológica.
Inmaculada, virgen, madre, asunta son en María los hitos que marcan el camino entero del peregrinar humano, que corre de la infancia hacia la infinitud: De los niños -como María- es el reino de los cielos. Y los niños son los capaces de ilusionarse sin fin. María se ilusionó sin fin, y por eso se cumple en ella todo lo que se le había prometido (Lc. 1 , 45). Y lo que tenemos prometido es lo que contempló María la noche de la primera Navidad: Dios que nace niño en nosotros.

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EL PROBLEMA DEL HUMANISMO (Curso del P. Antonio Oliver) Lección I/VI

EL PROBLEMA DEL HUMANISMO  LECCIÓN I/VI






EL PROBLEMA DEL HUMANISMO.

LECCIÓN I/VI

“EL HOMBRE COMO CONSCIENCIA”

Los grandes hitos del pensamiento.
El descubrimiento del mundo.
El descubrimiento del ser.
El descubrimiento del yo.
El esfuerzo del pensamiento griego

domingo, 2 de diciembre de 2018

SEMINARIO EDAD MEDIA (P. Antonio Oliver) LECCIÓN VIII/VIII

SEMINARIO EDAD MEDIA  LECCIÓN VIII







LECCIÓN VIII

Exposición del Feudalismo
El mundo feudal:
Homenaje y vasallaje.
La pirámide feudal.
El feudalismo y la caballería.
Los monjes medievales.
Las levas en la Edad Media.
Siervos de la gleba.
Felonía.

SEMINARIO EDAD MEDIA (P. Antonio Oliver) LECCIÓN VI/VIII

SEMINARIO EDAD MEDIA  LECCIÓN VI






EDAD MEDIA Lección VI

Exposición: Antecedentes históricos de los reyes Merovingios.
Carlomagno vence a los longobardos. Estados Pontificios.
Papa Adriano y León III.
Atentado del Papa León III. Rinde vasallaje a Carlomagno.
Coronación de Carlomagno, el día de Navidad, año 800,por el Papa León III.
MGH (Monumenta Germaniae Historica.
Carlomagno, defensor de la Iglesia.
Sacrum Romanum Imperium.
Coronación de Carlomagno, según el Rito Bizantino (Coronación, Aclamación del pueblo y Adoración).
Primer ritual de Occidente: Rito “B”


Adoración, Aclamación del pueblo y Unción.

SEMINARIO EDAD MEDIA (P. Antonio Oliver) LECCIÓN V/VIII

SEMINARIO EDAD MEDIA  LECCIÓN V





EDAD MEDIA Lección V


Liber Pontificali
Envía sacerdote y capellán al Papa Zacarias.
¿Quién es el rey, en un país donde el rey no manda y el que no lo es, manda?
Pipino, rey, según la costumbre de los Francos, (Sangre real y elección).
Sistemas de coronación.
San Bonifacio.
Origen de la Iglesia Occidental
Gregorio II, envía cartas a León III, basileus de Constantinopla.
Longobardos (Teodorico).
Exarcado de Rávena. 
La Iglesia Romana se vuelve hacia Occidente.

SEMINARIO EDAD MEDIA (P. Antonio Oliver) LECCIÓN VII/VIII

SEMINARIO EDAD MEDIA  (P. Antonio Oliver) LECCIÓN VII






EDAD MEDIA Lección VII


Exposición dinastía de los Otones.
Poder de la Iglesia monástica.
Cluny, monjes benedictinos. Foco de espiritualidad y política,
Abades: San Mayolo, San Odón, San Odilón y San Hugo.
Los obispos, son monjes o parte del Imperio.
Ducados importantes, electores del Rey: Tréveris, Maguncia, Colonia.
Santa Adelaida, mujer de Otón I.
Celibato eclesiástico.(Movimiento otoniano político).
Teofilactos en Roma.
Renovación del Papado.
Urbano II, S. Gregorio VII.
El dominio de las prostitutas.
Marozia y el papado en manos de una familia. 
Otón I, hace jurar a los romanos no poner Papa, sin su consentimiento.

jueves, 22 de noviembre de 2018

EN LA CARA DE UN NIÑO ESTÁN TODOS LOS ESPACIOS Y MARAVILLAS (Los ''Evangelios'' de la Navidad según Antonio Oliver Montserrat)

EN LA CARA DE UN NIÑO ESTÁN TODOS LOS ESPACIOS Y MARAVILLAS (Los ''Evangelios'' de la Navidad según Antonio Oliver Montserrat)
Por toda la creación se derrama Dios. Se derrama cada vez más condensadamente hasta que, al final, logra condensar los grandes espacios de la creación en un pequeño espacio que es la carne del hombre. Hay que temblar ante la Navidad. Es como si Dios, después de millones de años de haberse desplegado en la creación a través de valles, montañas, pinos, pájaros, mariposas, amaneceres y atardeceres, al final se dijera: Todo esto, ¿cómo lo podría resumir? Estos inmensos espacios, incalculables, inacabables, ¿cómo los podría resumir en un pequeño espacio donde temblaran los chopos y los pinos, donde cantaran los pájaros y volaran las mariposas y rieran los amaneceres? Y le salió la cara de un niño. En la cara de un niño están todos los espacios y todas las maravillas. Con lo cual se nos está diciendo Io delicada que es la cara de un niño, que tenemos todos. Los que no la tenemos, hemos ajado la creación porque de los niños es la alborada del futuro y el reino de los cielos. Aquellos que no tenemos en nuestro paisaje un niño, tenemos un paisaje sin sentido. Hay que ponerlo urgentemente. Hay que alquilar un niño porque si no el paisaje no tiene sentido.
Toda la creación necesita para mantenerse a Dios en persona, pero este Dios en persona está viniendo por la creación desde el primer momento. Todo se creó para que Cristo viniera. Si Cristo no hubiera tenido que venir, jamás habría habido un río en la tierra. Ni el agua cantaría entre los guijarros. Jamás habría habido sobre la tierra la alegría de una aurora o la conmoción de un atardecer. Jamás se habría desplegado al infinito una noche con estrellas. Ni habría habido noches siquiera. Ni hubieran aparecido mariposas sobre nuestro planeta. Ni ningún hombre habría hablado ni amado en la tierra. Ninguna aventura hubiera tenido lugar y esto sería el vacío, el caos.
¿Qué es lo que hizo que naciera la primera alborada?, ¿y la primera montaña?, ¿y el primer mar?, ¿y la primera mariposa?, ¿y el primer hombre?, ¿y la primera sonrisa humana?, ¿y el primer beso humano?, Cristo que venía, eso es todo. Mejor dicho todavía, todo lo que acabo de decir es Cristo viniendo. Cuando un hombre ríe, es Cristo que viene. Cuando nace una montaña, cuando cae un atardecer tierno y sonoro en otoño, cuando un hombre se siente grande e inmortal, es Cristo que viene. Éste es el venir de Cristo. Cristo que viene suelta mariposas, suelta pájaros a cantar, suelta montañas, suelta sentimientos, suelta versos, suelta amor, suelta esperanzas, suelta visión. Y Cristo que se retira, es el mar que se va y deja la arena infecunda y estéril, eso es todo. Y así, la creación y el hombre, que es su síntesis, cobran su verdadero significado y asi el hombre va por la creación no solamente con respeto, sino con amor. Nos cuenta San Lucas que los pastores, nómadas de toda la vida, analfabetos, trashumantes, cuando se descolgaron los ángeles por las estrellas y les dijeron: "Os ha nacido el Mesías, id a verlo", los pastores, los tontitos, se dijeron unos a otros: "Vamos a ver esta palabra que el Señor nos ha enseñado". Esta palabra... podían haber dicho... cualquier cosa. "Esta palabra" y "os ha nacido el Mesías, el Rey de Israel, Io encontraréis en un pesebre, acostado". Y los pastores van y dicen, analfabetos ellos: "Vamos a ver esta palabra que Dios nos ha enviado con el rocío de la noche". Y van a ver la palabra, ésta que atraviesa de punta a cabo toda la creación, y que al final aterrizó en un portal hecha carne humana, porque la carne humana es la síntesis de la creación. El hombre es una reducción de la creación y cuando María parió a su hijo en Belén, es toda la creación la que pare con ella y se hace parto en Belén. Así, sabemos, que toda la creación ríe, y esa sonrisa suya puede abarcar una sonrisa humana en la cara de un niño. Por eso los cristianos de la primera hora vieron toda la maravilla de este nacimiento e hicieron toda la gran leyenda del anuncio del ángel. El parto de María, no es más que un breviario de lo que sucede en la extensión del cosmos. Todo el cosmos gime y pare y en un momento dado sucede condensadamente, en un gemido, un parto de la creación. En el gemido y parto de una doncella que nos engendra al que viene por toda la creación, también abreviado, que es el Logos de Dios. Esto es la Navidad.
Éste es el sentido y el término de la creación que camina hacia la Navidad. Por eso, los cristianos primitivos que sabían de esto, hablaban de que cuando Dios vino al tiempo, Dios nace, -"Navidad"-, y cuando el hombre va a la eternidad, -eso que llamamos morirse-, el hombre nace, "natalis". El día de la muerte de un hombre es el "natalis" de uno. El hombre nace cuando muere. Dios nace cuando nace, pero el hombre no. Luego, la cabaña de Belén, la tendremos nosotros el día de nuestra muerte, así como Dios la tuvo en Belén cuando nació. Dios nació entre los hombres, y el hombre, cuando muere, nace entre Dios o en Dios.
Sepamos que por los caminos de nuestra vida, que son tantos, siempre hay una cueva con telarañas y un burro y un buey, que son unos animales de movimiento desde el principio de la humanidad que esperan al Mesías.
¿Por qué no ponemos abierta de par en par la cueva y bien a punto el burro y el buey? Nada menos que el paisaje de le creación para que Dios nos nazca en el seno del alma.

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