sábado, 16 de junio de 2018

LAS MITOLOGÍAS DE LA HUMANIDAD II LECCIÓN 6/10 (1986 - 87) P. Antonio Oliver

LAS MITOLOGÍAS DE LA HUMANIDAD II LECCIÓN 6










Lección 6:
VI La idea y simbología de los sacrificios en la historia de la humanidad y en el sentimiento del a hombre. Los ritos y los sacrificios de la sexualidad y de la agricultura.

LAS MITOLOGÍAS DE LA HUMANIDAD II LECCIÓN 5/10 (1986 - 87) P. Antonio Oliver

    LAS MITOLOGÍAS DE LA HUMANIDAD II LECCIÓN 5






Lección 5:

V La agricultura y la religión. La agricultura y la fertilidad. Ritos agrarios: Sacrificios y ofrendas. Sacrificio y regeneración: Sacrificios humanos. Los muertos y las simientes. Divinidades funerarias.

LAS MITOLOGÍAS DE LA HUMANIDAD II LECCIÓN 4/10 (1986 - 87) P. Antonio Oliver

                       LAS MITOLOGÍAS DE LA HUMANIDAD II LECCIÓN 4







Lección 4: 



IV La tierra y la mujer. La mujer, abreviación de la tierra. La madre tierra. La mujer y la fertilidad. Las largas reminiscencias del matriarcado. La mujer y la agricultura. Lo femenino en la humanidad.

LAS MITOLOGÍAS DE LA HUMANIDAD II LECCIÓN 3/10 (1986 - 87) P. Antonio Oliver



LAS MITOLOGÍAS DE LA HUMANIDAD II LECCIÓN 3





Lección 3:

III La tierra: Vida y muerte. La tierra, cuna y sepultura. El espectáculo de la tierra madre inagotable. La tierra indispensable. La tierra y el paisaje que configuran al hombre.

LAS MITOLOGÍAS DE LA HUMANIDAD II LECCIÓN 2/10 (1986 - 87) P. Antonio Oliver


LAS MITOLOGÍAS DE LA HUMANIDAD II LECCIÓN 2






Lección 2: 


II El árbol de saber y el árbol de la vida.
Los árboles del paraíso. Los guardianes del árbol de la vida. La cruz como árbol de la vida. 

El árbol que regenera. El hombre-planta. El árbol escala del cielo. El “Mayo”.




domingo, 3 de junio de 2018

LAS MITOLOGÍAS DE LA HUMANIDAD II LECCIÓN 1/10 (1986 87) P. Antonio Oliver

LAS MITOLOGÍAS DE LA HUMANIDAD II LECCIÓN 1






EL HOMBRE Y LO SAGRADO

                Hay una nostalgia de los orígenes. Y es incurable. Es como si creciera desde los hondos valles del alma, la niebla de una morriña infinita de paisajes que son nuestros, en los que hemos vivido, pero a los que ya no podemos volver. La puerta está definitivamente tapiada. Tal es la grandeza del hombre: Que es dueño y señor de territorios que no posee, que son más suyos que los posee; eso es negar la realidad de lo sacro. Hay quien está convencido de que, más allá de lo que posee, hay continentes interminables que son más suyos que los que posee. En ese caso, los que posee son la ventana por la cual se le va la morriña hacía los que no posee: Ha nacido en el hombre el sentimiento de lo sacro: Sacro significa que lo que posee es profecía y símbolo de lo que no se posee, y que lo que no se posee es más de uno que lo que uno posee.
                Es lástima grande que no dispongamos, después de siglos, de un término más preciso que el de religión para expresarla experiencia de lo sacro. Y lo peor es que religión no es precisamente lo que dicen que es las religiones de la tierra que pretenden acaparar la religión. Con su esfuerzo han desvirtuado la palabra religión es un pájaro de vuelos inalcanzables. El que dice que lo ha capturado, lo ha matado. Pero la palabra es todavía útil, si la devolvemos al original nacedero. La experiencia sobrecogida del hombre abierto de par en par al mundo incontaminado de los orígenes, a los que siempre es preciso volver. El hombre que en nosotros nos llega de paraísos perdidos, más nuestros que los desiertos que, de espaldas a la naturaleza, nos fabricamos para morir presos en ellos. Tal es el hombre de la religión.
                Religión no dice, pues, creencia en dioses o en espíritus o en ángeles o en demonios, se refiere sencillamente a la experiencia de lo sagrado. Y la experiencia de lo sagrado forma parte del ser del hombre, que lo es mucho más allá de lo que está siendo.  Es la relación y parentesco con la realidad y la totalidad. Rodeado de infinidad de cosas que le solicitan y le distraen, el hombre sabe y descubre que más allá de todas ellas y más allá de sí mismo, hay y late un sentido de todo: que el mundo y el quehacer humano no es caótico y deforme: que hubo un día, y que volverá ese día, en que él estuvo en contacto con las fuentes de la realidad e intuyó la inmensa sonrisa de las cosas que, todas, eran suyas. Desde entonces, los hijos del hombre tienen una incurable nostalgia creciéndoles por los valles del ser. Es lo que, desde siempre,el hombre ha llamado religión.
                Antonio Oliver


Lección 1

I La experiencia humana y el pensamiento simbólico.
Lo religioso como estructura de la conciencia. La hierofanía del árbol: El árbol habitáculo de los dioses. El árbol sagrado y el árbol cósmico