miércoles, 21 de noviembre de 2018

EL HOMBRE ES TAREA DE SÍ (P. Antonio Oliver Montserrat) Vin Cens


EL HOMBRE ES TAREA DE SÍ
Hoy todos los antropólogos están de acuerdo en que la Antropología debe estudiarse teológicamente. En efecto: toda antropología es teología, una parte de la metafísica que se ocupa de las causas finales o finalidad. Por lo tanto sólo se podrá conocer una completa antropología cuando el Hombre haya llegado a su fin. Pero como aún no ha llegado a su fin, lo único que se puede intentar es describir posturas del Hombre, que son siempre provisionales.
El Hombre será descriptible solamente cuando haya llegado a su fin, cuando esté terminado. Nunca antes. ¿Y por qué no? Porque el Hombre es teológico. Si el Hombre pudiera describirse antes de su final resultaría que existe una antropología no teológica. ¿Y qué significado tiene esta teología? Que el Hombre tiene una meta. Y la meta define al Hombre.
Así que si la meta es parte esencial del Hombre significa que un Hombre sin meta no es Hombre. Decía Aristóteles que lo que hace que el Hombre sea más o menos sabio es la calidad de los fines que se propone. De manera que si yo afirmo que la meta de mi vida es hacer dinero y pasarlo bien, ésa es mi dimensión, mi ''fin'': yo me defino por los fines que me propongo. Sin embargo, si yo creo que ''mi fin'' es no tener fin, he aquí otra dimensión.
LA META DEFINE AL HOMBRE. ¿Y cuál es el fin del Hombre? Pues aquí interviene la palabra ''Aufgabe'': Tarea. EL HOMBRE ES TAREA DE SÍ.
Por lo tanto: lo que yo no haga por mí, no lo hará nadie. Y, al revés: lo que yo haga de mí mismo, nadie podrá estropearlo. La libertad, a partir de una plataforma que me ha sido dada, juega un papel definitivo. El Hombre se hace en la medida en que se hace a sí mismo, no en la medida en que lo hacen.
Y una vez que el Hombre se ha logrado, ¿qué es lo que alcanza? alcanza haber empujado a la Humanidad: el Hombre que se hace a sí mismo fabrica Hombre fuera de él. El Hombre va levantando olas que desembocan en la Humanidad entera. Por eso decíamos que no se le podrá conocer hasta el final de la Historia.
El Hombre no termina en sí y, por tanto, sólo estará totalmente logrado cuando haya llegado al final de la aventura. En la última tarde del último día, el último Hombre de la Tierra SERÁ EL ÚNICO HOMBRE QUE HAYA EXISTIDO.

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