jueves, 8 de noviembre de 2018

EL DESIERTO, LUGAR SIN CAMINOS, ES LA LIBERTAD (P. Antonio Oliver Montserrat) Vin Cens


Enseñanzas de Antonio Oliver Montserrat

EL DESIERTO, LUGAR SIN CAMINOS, ES LA LIBERTAD
Jesús acaba de ser bautizado en el Jordán, y se abre el cielo y se oye una voz que dice:
-''Éste es mi Hijo querido en quien me he complacido''.
Y una vez bautizado y elegido por el Señor del Cielo que se complace en Él, Jesús es llevado por el Espíritu al desierto para que sea tentado por el Tentador, Satán.
He aquí una primera lección: EL DESIERTO ES LA CONDICIÓN GEOGRÁFICA DE TODO ELEGIDO. El desierto es fundamental. En toda teofanía, el desierto, la infinitud, la inmensidad, el silencio, es la manifestación y Presencia de Dios. Y otra cualidad del desierto que vieron los israelitas es que en la arena NO HAY CAMINOS. Al ir caminando, te vas haciendo el camino a tu medida.
Nos encontramos, pues, ante la clave de interpretación de este texto: precisamente por haber sido elegido, el Espíritu de Dios te lleva al desierto. Si tú has sido elegido y bautizado irás siempre por el desierto. Pero si vas por un camino asfaltado, un camino hecho, como por tu parte no hubo elección, vuelves al tiempo anterior a la elección. Los borregos andan por el camino que les señala el pastor. El Hombre no.
El desierto, lugar sin caminos, es el lugar de las manifestaciones de Dios. Cuando Israel es elegido por Dios para llevarlo al desierto, Dios le dice a Moisés:
-''Di a los hijos de Israel: YO SOY me manda a vosotros. Yavé os libertará de los trabajos forzados de los egipcios''. Y los ''egipcios'' son la cultura, la instalación, la seguridad, las ollas llenas de carne, los dioses bien colocados y la inmortalidad asegurada. En el desierto, los israelitas echarán de menos las aguas del Nilo, el pan, las ollas llenas de carne y se lamentarán:
-''Mejor estábamos bajo los látigos del Faraón que bajo el hambre del desierto''. He aquí el Miedo a la Libertad. Egipto, sin libertad, DA SEGURIDAD. En el desierto, en cambio, se está a la intemperie, desnudo, desamparado y a merced de cualquier alimaña. Allí no hay caminos señalados pero ésa es la LIBERTAD.
El hombre ha de optar entre estas dos cosas: o la seguridad de Egipto, donde no hay elección ninguna y se es esclavo pero se come bien, o la inseguridad y desamparo total del desierto, donde se puede morir de hambre pero se tiene libertad.
¿Qué es mejor, la libertad sin lentejas o un plato de lentejas sin libertad? He ahí el tema crucial de los Testamentos, he ahí la Alianza de Dios con el Hombre, el ombligo de la libertad.
Los evangelistas nos están diciendo que Cristo, como cualquier Hombre, estuvo expuesto a cualquier zancadilla, que la condición de la vida de Cristo y, por tanto, la condición de la vida del hombre es el DESIERTO, la LIBERTAD. Pero caminamos con Cristo toda la vida sin entender el secreto.

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