Enseñanzas de Antonio Oliver Montserrat
ESCRIBIR TU PROPIA HISTORIA
Cuando uno más se acerca a su meta, más dificultades encuentra para alcanzarla, con mayor claridad ve la distancia que todavía le separa de aquello a lo que aspira. Es lo que hemos oído de que el santo se reconoce más pecador. El que no camina hacia su meta, sino que está encharcado, dice, ¡hombre, ya podían habernos hecho de otra forma! Bien, pues éste es el punto de la libertad. Tú no serías tu obra, no serías el autor de tu biografía. El hombre es tarea de sí mismo, y esto significa que cada crecimiento es una conquista de lo que no somos, pero que está dentro de nosotros, y cuanto más conquistes, más territorio le pisas al enemigo que está dentro de ti. Éste es el testimonio de los místicos, como Santa Teresa.
Así que si te propones escibir tu propio libro, es decir, aspirar al hombre total, prepárate para la guerra. Posiblemente desde fuera alguien se reirá de ti, pero se ríen desde fuera. Lo que duele de verdad es la tensión interior entre lo que soy y lo que estoy llamado a ser, y a esto se llama caminar. Esto duele de verdad, y ¿cómo se libera uno de ese dolor? Caminando. Al dar un paso más te has de despedir del territorio que pisabas antes. Y despedirse no es solamente de un lugar, sino de un trozo de ti mismo.
Éste es el mayor enemigo: yo mismo, el hombre que fui ayer, que se resiste a dejar lo conseguido. ¿Por qué tendré que dejar mi juventud? ¿Cómo voy a despedirme de las ideas tan sólidas que he adquirido? Pues Cristo dice: estos son lo enemigos domésticos, y de ellos hay que despedirse más que de cualquier otro. Hoy los cristianos están sufriendo por el cambio; sí, pero el cambio es lo que trae el futuro. Nos resulta muy difícil en la Iglesia aceptar todo lo que no sea nuevo, ¿por qué?, por el inmovilismo a que estábamos acostumbrados, y ahora Dios nos está dejando a la intemperie para que tengamos que volver a caminar. ¿Hasta cuando? Hasta que nos muramos.
En unas charlas que nos dio el Padre Rahner, gran teólogo, poco antes de morirse, nos decía: ''No es nada seguro que en la eternidad dejemos de caminar, es progresiva la eternidad''. Seremos felices en la eternidad en la medida en que caminemos. Imagínense lo que van a sufrir los ''vagos'' de esta vida... O sea que el último paso que demos en esta vida, no será el último, el siguiente lo damos en la otra, donde habrá que seguir.
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