VILLANCICO DE TIERRA PARA ANTONIO OLIVER
Como un niño que juega con la tierra, que trasluce las cosas de la tierra, y mezcla noches, ríos, madrugadas y cielos de la tierra, iba o llegaba o viene, camina aún con nosotros, juega aún como un niño que sueña y suelta alondras de claridad, estrellas como pájaros y alborota a los ángeles.
Se puso a caminar con ellos, se hizo ángel de anunciación, pastor, zagal de tierra, tierra alumbrada, tierra amanecida con esa luz que alumbra un villancico para ir de camino...
Apresuró los pasos al campo de la luz y de repente descubrió cómo un Niño era los niños infinitos del mundo. iTodos niños de pronto en Navidad!
Mezcló palabras hermosas como casa, madre y sueño, palabras calladísimas o azules, palabras de la tierra que encendían dehesas y vaguadas, senderuelos hacia el paisaje frío de diciembre con el sol en la cumbre.
...Y niño eterno ya, niño en el sol, un niño de la tierra avergonzado de haber a veces sido como un hombre, enderezó la ruta de la tierra y proclamó, jugando con antífonas, antífonas de nieve consagrada, pan consagrado, pan recién partido, entrad en Navidad, estáis en Casa. La Madre, al fin, os mira conmovida porque Dios transparece igual que un niño. El que no es como un niño no jugará en el cielo de los ángeles.
V.A.
LAS COMUNIDADES DE LOS CLÉRIGOS REGULARES (TEATINOS) Y LA "FUNDACIÓN ANTONIO OLIVER MONTSERRAT, C.R."
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